Este año, el máximo certamen del cine comercial celebró la 97 edición de los premios Oscar.
Todos sabemos que la industria cinematográfica es una mafia disfrazada de entretenimiento. En el mundo se estrenan miles de películas al año con diversas temáticas, pero históricamente en la premiación de los Oscar solo quedan seleccionados films que no provoquen mucho y que cuestionen menos, para mantener el statu quo que le conviene a quienes financian la industria del mainstream.
Más allá de la realidad y de las películas ganadoras del certamen (entre las que están Anora como mejor película, Conclave con el mejor guión adaptado, Flow como mejor largometraje de animación, I’m Still Here como mejor largometraje internacional y, vaya qué gran sorpresa, No other land como mejor largometraje documental que nos enrostra el genocidio del pueblo palestino por parte del sionismo), queremos recomendarles las otras películas de los Oscar, esas que no solo entretienen sino también nos enfrentan con historias reales y que fueron llevadas a la pantalla grande haciéndonos más conscientes con el dolor ajeno, la discriminación, la maldad humana, la reinserción social a través del arte, la resistencia o cómo los poderes fácticos usaron el jazz para colonizar.
¿Estás preparad@?
¡Acción!
The Girl with the Needle
Dirigida por Magnus von Horn, la historia está recreada en Dinamarca de 1919. Karolina cree haber perdido a su esposo en la guerra y se enamora del dueño de la fábrica donde trabaja. El fugaz romance la deja embarazada y tiene que tomar una decisión.
The Seed of the Sacred Fig
Escrita y dirigida por Mohammad Rasoulof, este drama político nos lleva hasta Irán donde Imán, un padre de familia, es elegido como juez de instrucción del Tribunal Revolucionario de Teherán, régimen teocrático basado en el Islam.
Los conflictos sociales por el rígido sistema político y social se trasladarán, inevitablemente, hasta su familia.
La paranoia política es posible de romper los lazos más fuertes.
Nickel Boys
Una historia real basada en la vida de Johnny Lee Gaddy, hoy de 79 años, quien fue víctima de abuso racista, trabajos forzados y maltrato en la escuela Dozier de Florida, en EE.UU.
Los relatos de su sufrimiento que cuenta en su libro They Told Me Not To Tell, sirvieron para armar la historia que lo tuvo como a uno de los pocos sobrevivientes de esta escuela.
Sing Sing
Este drama basado en hechos reales nos muestra cómo el arte puede ayudar a reinsertar a presos en la sociedad.
Sing sing es una prisión donde los reclusos, a través de la actuación, han logrado explorar sus emociones y expresar su mundo interno, ayudándolos a creer en sí mismos pese a las dificultades del encierro y el abandono.
Soundtrack to a Coup d’Etat
O la banda sonora para un golpe de estado, en español, es un documental que nos cuenta cómo Estados Unidos ideó, en plena Guerra fría, la estrategia para asesinar al presidente congoleño Patrice Lumumba para mantener en su posesión las riquezas del país africano.
Por su parte, la CIA utilizó a connotados músicos de jazz (entre ellos Louis Amstrong) como carnada para llegar al corazón de los habitantes del Congo.
Sugarcane
Este documental dirigido por Julian Brave NoiseCat y Emily Kassie trata sobre el sistema de escuelas residenciales indígenas de Canadá, que tras la fachada de buenas intenciones, solo se escondía el abuso de los curas católicos hacia los niños y niñas de los pueblos originarios del país del norte.
Muchos de ellos se suicidaron, mientras que los que sobrevivieron quedaron con el trauma de por vida.
Esperamos que estas películas y documentales te abran la mirada crítica que tanto hace falta en los tiempos que vivimos, donde la inmediatez y la prevalencia de la imagen nos mantienen sedados en busca de likes.