¿Eres de los que contemplan cómo las olas del mar borran las huellas que dejaste en la arena? ¿O eres de los que cuando navega por internet deja una enorme Huella Digital?
Probablemente, querido/a lector/a, tú y yo seamos parte de la segunda categoría que establece el enunciado.
Pero ¿Qué son las Huellas digitales?
En términos simples, son el rastro o registro que dejamos cuando navegamos por Internet.
Sus orígenes se remontan a la década de los 90 y están relacionados a la industria de la música y el cine, quienes se oponían a la piratería de sus contenidos en Internet y las crearon para hacer un seguimiento a quienes osaran duplicar algún disco o película.
A diferencia de las huellas en la arena que eventualmente se desvanecen con el agua, con el viento o al pasar las horas, internet –y todo lo que pasa en el universo digital– no funciona de la misma manera.
Sin ser alarmista, las Huellas Digitales son cualquier cosa que publiquemos en línea. Ya sea una actualización de estado, una publicación de blog, una foto, un vídeo, un tweet, etc., con la particularidad de que se quedarán registradas en el historial de Internet por mucho tiempo.
Una vez que publicamos algo en línea, perdemos el control de ese contenido: se puede copiar o compartir a otras personas o empresas y el uso que le den a esa información no la podemos controlar.
Los riesgos de dejar una Huella Digital muy expuesta es que dicha información de navegación puede ser utilizada por hackers, criminales o estafadores.
Para tener en cuenta, algunos de los riesgos más comunes asociados a dejar los datos en línea son:
Robo de identidad
Estafas a través de correos electrónicos dirigidas a personas, organizaciones o empresas (Spear phishing)
Publicidad no deseada
Investigaciones del empleador
¿Qué podemos hacer para proteger nuestra Huella Digital?
Aunque básicas, algunas recomendaciones para proteger nuestros datos de navegación son: tener un buen antivirus y no abrir links desconocidos, ni dar claves de seguridad a personas ajenas.
Es importante valorar la información personal. Poder administrar nuestra reputación en internet es fundamental, sobre todo siendo cuidadoso con lo que publicamos y dónde lo compartimos.
