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Herencia digital: ¿Qué pasa con una cuenta de redes sociales cuando la vida se acaba?

La muerte es la única certeza que tenemos al momento de nacer. 

Visiones espirituales más avanzadas en esta materia, como el budismo o el hunduismo, comprenden este hecho inevitable como parte esencial (y un desafío) para la búsqueda de la realización de los humanos en este plano.

No obstante, la inmortalidad es posible; al menos, en la realidad virtual.

Porque las redes sociales hacen de la muerte de sus usuarios/as un eterno loop, como el Samsara que perpetúa el sufrimiento en las distintas reencarnaciones en la tierra.

Todos/as tenemos amigos/as o familiares ya fallecidos que aún tienen sus perfiles activos, generándonos sensaciones aterradoras al verlos etiquetados en publicaciones de venta de productos o en fakenews que algún “amigo/a” compartió en su muro sobre algún candidato de turno.

Hace poco nos enteramos que Alexa, la asistente virtual a través de la voz creado por Amazon, podrá hablar o leer un texto con la voz de nuestros familiares ya fallecidos a través de un sintetizador de voz.

Lo que se suma al chatbot de Microsoft, que también prometía a sus usuarios/as hablar con personas que habían muerto.

Si bien la novedad de Alexa aún está en desarrollo y Microsoft decidió que no iba a seguir desarrollando su chatbot debido a las polémicas que surgieron, en las redes sociales podemos seguir encontrándonos con aquéllas personas que ya no están.

¿Te has preguntado qué pasa con esas cuentas?

Herencia digital

Hace unos días, en el perfil de Facebook de un buen amigo ya fallecido se publicó que sus cenizas habían sido esparcidas en uno de los árboles que rodean los estudios Abbey Road en Inglaterra, cumpliendo uno de sus sueños de estar en el mítico lugar donde los Beatles grabaron la mayoría de sus discos.

La publicación nos sorprendió, qué duda cabe. Pero esto es un ejemplo de la llamada herencia digital que vienen haciendo Facebook y Twitter con las cuentas de personas fallecidas, permitiendo a familiares y amigos gestionar el contenido, a través de un formulario para cerrar o convertir la cuenta en un espacio virtual conmemorativo.

Twitter y Facebook

En este ámbito, lo que Twitter ofrece a los familiares es la opción de desactivar la cuenta a través de un formulario.

Para ello, es necesario presentar el certificado de defunción o el documento de identidad del fallecido para evitar cierres no autorizados.

Eso sí, la plataforma se reserva el derecho de eliminar imágenes y vídeos en el caso de que la muerte tuviese un interés público, como en caso de sucesos violentos en los que haya estado involucrado.

Facebook e Instagram, al pertenecer a la misma compañía, también solicitan documentos de defunción o el envío de documentos legales como un poder notarial o una última voluntad para poder realizar el cierre de la cuenta por parte de un tercero.

Cuenta conmemorativa

Enterarnos por Facebook del último sueño de nuestro amigo fue gracias a que ya estaba preparado para su último viaje en esta vida y también a que su perfil se transformó en una cuenta conmemorativa.

Dicha opción se puede lograr cuando el usuario permite que una persona gestione su cuenta, como aceptar solicitudes de amistad, destacar posts, cambiar la foto de perfil o publicar contenido en fotos o videos.

Enfrentarnos a la muerte sigue siendo doloroso.

Investigadores del Oxford Internet Institute estimaron que el número de usuarios/as de Facebook fallecidos podría ser de 4.900 millones a final de siglo.

Para ello es importante tener en cuenta qué hacer cuando nos llegue la hora y poder gestionar nuestra información publicada en los perfiles que hayamos activado y evitar el mal uso de nuestros datos.

¿Te has puesto a pensar qué pasará con tus cuentas de redes sociales cuando ya no estés?

En memoria de Francisco Aguirre

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