La tipografía desde sus inicios demostró ser una poderosa herramienta de la comunicación siendo así fundamental tanto para el diseño gráfico como para la publicidad. Con el pasar del tiempo las letras han tomado mayor importancia en sus diversos estilos tipográficos, no solo con la jerarquía que pudiesen tener al momento de transmitir un mensaje sino también en su propio cuerpo, estilo y caracterización. Es así como, la tipografía es tan importante debido a que los mensajes van de la mano de sentimientos y emociones, representaciones que alcanzan más que un simple texto.
¿Cómo elegir la tipografía correcta? ¿por dónde empezar?
Hoy en día tenemos gran variedad de opciones, contamos con herramientas de fácil alcance que nos permiten gozar de un amplio abanico de posibilidades. Pero, para transmitir lo que queremos, necesitamos recordar que la legibilidad debe ir de la mano de la funcionalidad, de modo que el mensaje sea enviado y recibido siempre sin dificultad dentro de nuestra representación.
De ahí que la tipografía es una constante evolución, no depende de temporadas. Cambia constantemente adaptándose a diferentes entornos. Y aunque hay unas más famosas que otras, debemos tomar en cuenta su relación con la antigüedad y como el paso de los años han hecho de estilos como la Futura o la Garamond fáciles de reconocer. Aún así podemos encontrar tipografías, caligráficas, animadas, clásicas, flexibles, voluminosas o geométricas y estas solo son algunas características de la variedad que podemos conseguir y aplicar.
De acuerdo con feelingstudio es fundamental hacer la elección correcta a la hora de aplicar fuentes y que estas se adapten al mensaje y la ocasión. Tener siempre en cuenta a quién va dirigido, ya que la tipografía variará si hablamos de una constructora, minera o tienda comercial. Esto y hasta el tamaño de la empresa o su alcance geográfico son puntos clave a la hora de elegir la tipografía.
¿Qué sucede en digital?
En el mundo digital también la tipografía es fundamental dado la diversidad de pantallas en las que visualizaremos el mensaje. Por ello es tremendamente importante la legibilidad y opciones hay, de modo que la fuente que elijamos refleje nuestra identidad o la identidad de nuestra marca. Esto no quiere decir que esté prohibido jugar con diferentes alternativas y combinarlas dentro de los estándares y ajustes adecuados para conseguir así un resultado limpio y agradable visualmente que te invite a querer ver más.
Dentro de las tipografías más populares por su limpia adaptación y fácil lectura podemos encontrar:
Garamond: esta fuente serif nos regala una sensación de elegancia, con su estilo clásico y tradicional, es muy popular tanto en soportes impresos como digitales, pero en esta última es recomendable para textos cortos y puntuales.
Helvetica: esta tipografía destaca claridad, simplicidad y neutralidad, es la favorita de muchos diseñadores por sus esquinas limpias y sin remates, demostrando ser elegante y versátil. Además de tener una muy buena adaptación a pantallas pequeñas como smartphones.
Arvo: familia de las slab serif se destaca por su excelente legibilidad, perfecta para títulos, enlaces y pequeños cuerpos de texto, es clásica y atractiva, transmite sensación de fuerza sin dejar de ser amigable a la vista, es ideal para crear equilibrios.
Quicksan: gracias a sus terminaciones redondeadas, y geometrías marcadas es perfecta para grandes textos, de fácil lectura y combinable para crear pesos visuales interesantes.
Dentro de estos estándares también podemos mencionar Baskerville, Roboto, Lato, y Ubuntu siendo así tipografías perfectamente aplicables que reaccionan bien en pantalla.
Éstas son sólo algunas de las fuentes que podemos usar y comprobar cómo funcionan en diferentes estilos gráficos, comenzar a jugar con párrafos, encabezados y titulares que representan el espíritu de lo que se quiera transmitir y así crear el conjunto perfecto.
Por Mai Veores, Web Designer Beplan