¿Te gustan los desafíos? Apuesto todo el dinero que tengo en mi billetera a que serías capaz de dar una definición precisa y exacta de qué es una utopía. Aún es más, apuesto todo el dinero de mi cuenta bancaria a que serías incapaz de definir de qué se trata una distopía.
Aunque no lo parezca, ambas palabras son complementarias: la utopía sería el mundo ideal, donde el ser humano viviría en plenitud de sus capacidades y respetando el entorno; mientras que la distopía es todo lo contrario, donde nada funciona como debería y la vida es un sufrimiento constante.
La distopía también está relacionada a la literatura, en particular al subgénero de la ciencia ficción, donde se nos presenta a una sociedad del futuro donde las libertades personales no existen, ya sea porque se vive bajo el control de un gobierno totalitario o porque la tecnología ejerce un control invasivo sobre los individuos.
¿Te suena conocido?
Probablemente hayas leído, visto o escuchado sobre dos clásicos de la literatura distópica como lo son “Un mundo feliz” de Aldous Huxley y “1984” de George Orwell.
Ambos libros, escritos a finales del XIX, marcaron un antes y un después en estas temáticas, tanto es así que hoy parece que estamos viviendo en uno de sus capítulos, con una pandemia que vino a cambiar la manera de relacionarnos con el entorno y con la tecnología.
El miedo, la presión sicológica y la falta de libertad son los elementos principales en esta clase de narración. Lo anterior, sumado a una única visión de las cosas, ya sea por adoctrinamiento o por el uso de drogas que privan a los humanos de la capacidad de sentir o emocionarse, como pasa en Un mundo feliz de Huxley.
2 + 2 = 5
Orwell fue más allá con el personaje principal de 1984. Winston Smith, nombre y apellido muy populares en la Inglaterra de la época en que se escribió el libro, trabaja como censor en el Ministerio de la Verdad, donde revisa y reescribe la historia del país para adecuarla a las circunstancias del presente.
El régimen del Gran Hermano, que todo lo ve, se propone erradicar ciertas palabras para limitar las ideas, el pensamiento y los sentimientos que resignifican.
Smith era una especie de editor de la realidad, reemplazándola por mentiras.
Actualmente, con el exceso de información que hay en internet, es fácil perderse con las noticias falsas, o fakenews, que son compartidas por las redes sociales y que son utilizadas arbitrariamente por políticos para conseguir instalar sus ideas, muchas veces alejadas de la realidad.
Nuestra querida Wikipedia, enciclopedia abierta a que los usuarios puedan crear el contenido, ha estado en la palestra pública el último tiempo por las llamadas “guerras de edición”, donde el conflicto se ha instalado con los temas relacionados con China y la prohibición que realizó la enciclopedia web a los editores de contenidos del país asiático a escribir y actualizar páginas relacionados a dicha nación.
¿Por qué?
Porque las distintas visiones que han surgido sobre las tensiones entre Hong Kong y el gigante asiático tras las manifestaciones de 2019 y 2020, se han convertido en una guerra de palabras entre los editores de Wikipedia que están a favor de Pekín y de los que están en contra.
Afortunadamente, por el momento, las cláusulas de seguridad para editar el contenido en Wikipedia son exigentes, manteniendo los estándares de calidad.
Esperemos que también sea así de exigente con los sucesos de la realidad y no sean manipuladas a favor del régimen de turno.
Mientras tanto, seguiremos sintiendo que estamos en una obra de ciencia ficción que curiosamente se escribió hace muchos años, y que sin pensarlo (quizás) adelantó casi a la perfección la realidad que hoy vivimos.