El 15 de abril de 2024, en Chile se acabó la televisión análoga para siempre.
Su reemplazo digital se viene fraguando desde 2009, cuando el país se acogió a la norma japonesa-brasileña ISDB-T.
O sea que, desde el 16 de abril, ya nunca más se tendrá que usar la antena en el techo para ver tele, mucho menos moverla si la señal que viajaba por el aire falla en pleno partido, teleserie o reallity.
Lo digital nos ha hecho la vida más cómoda, qué duda cabe.
Las aplicaciones que descargamos en el celular nos ayudan a pagar cuentas, comprar, trasladarnos de un lugar a otro, escuchar música, ver películas, hablar con familiares y amigos, encontrar pareja, trabajar, sacar fotos, grabar videos, escribir, contar las calorías que consumimos o gastamos y recordarnos cuándo tomar agua, entre otras muchas actividades diarias.
Somos muchos los agradecidos de la digitalización de la vida.
Pero se han puesto a pensar ¿qué pasaría si de un momento a otro, sin previo aviso, la comodidad de nuestra existencia moderna se fuera a negro por un apagón digital?
Pandemia digital
Por si no te diste cuenta, ya vivimos una pequeña pandemia digital el pasado 19 de julio, cuando Windows sufrió un apagón por una actualización defectuosa del software de CrowdStrike que terminó afectando a 8,5 millones de dispositivos que utilizan el sistema operativo del gigante tecnológico en todo el mundo.
Un posible apagón de internet provocado por un error o algún ciberataque generaría un caos difícil de dimensionar porque muchas empresas, servicios y plataformas en todo el mundo operan con los mismos productos, como los computadores de Microsoft que están en el centro de gran parte de nuestra infraestructura tecnológica.
Mejor ni pensar en un posible corte de energía, que afectaría mucho más nuestro día a día.
¿Se acuerdan del temporal de viento que afectó al suministro eléctrico por unos días? ¡Terrible!
Un apagón provocaría problemas en los servicios básicos, además de la interrupción en las comunicaciones y ni hablar del impacto económico.
Apagón digital ¿intencional?
Hay casos donde los apagones digitales han sido maquinados por gobiernos con el objetivo de controlar la información y toda comunicación o actividad en línea de sus ciudadan@s.
Estos apagones pueden ser totales o parciales, afectando a toda la comunidad.
En 2021 y después de un golpe militar, las autoridades de Myanmar impusieron varios apagones digitales para limitar la información sobre las protestas y las respuestas del gobierno.
En 2019, debido a las protestas por el alza del precio del combustible, el gobierno de Irán cortó el acceso a Internet por varios días.
También en 2019, en India, específicamente en Jammu y Cachemira, luego de las permanentes tensiones políticas debido a conflictos territoriales, el gobierno de turno impuso un apagón digital en la región durante varios días.
El fenómeno de los apagones digitales está ganando relevancia global por su impacto en los derechos digitales y la democracia.
La fragilidad de poder manipular o que un accidente nos desconecte del mundo digital está al alcance de cualquiera.
Ideas para enfrentar un apagón
Tal vez para saber afrontar un apagón digital, sin la dependencia que conlleva, sería bueno tener algunas soluciones bajo la manga.
Por ejemplo, almacenar información importante en papel (contactos, direcciones, etc) para no depender de los dispositivos electrónicos.
Tener baterías externas cargadas y generadores portátiles para que tu celular, computador o equipos médicos puedan funcionar.
Respaldar tu información en una nube puede garantizar que puedas acceder a ella desde otro dispositivo, una vez que el servicio se restablezca
Sabemos que es difícil reducir la dependencia tecnológica, pero se puede lograr si estamos conscientes de nuestras actividades diarias y cómo podríamos solucionarlas sin Internet.
Y tú ¿Crees que estamos preparados/as para un posible apagón digital que afecte el acceso a los servicios digitales?